Una cosa a la vez

¿Te ha pasado alguna vez que vas andando por la calle y, de pronto, recuerdas algo importante que habías olvidado y te tienes que parar? No es la sorpresa, es que tu consciente no es capaz de procesar esa información y andar al mismo tiempo.

En la anterior entrada Estamos perdiendo nuestra luz hablé sobre un texto que me había impactado del libro El valor de la atención de Johann Hari  . Mencionaba que el autor, además, explicaba los motivos de la pérdida de capacidad de atención que nos está afectando a todos. Multitud de estímulos nos distraen, nos agobiamos porque el tiempo siempre nos parece limitado. Y casi sin querer caemos en comportamientos como la multitarea.

Pero esta es perjudicial: en este enlace ¿Es malo para el cerebro la multitarea? dice que «[…] un estudio de Katsumi Watanabe, de la Universidad de Tokio, realizar varias tareas al mismo tiempo, hace que tengamos menos densidad de materia gris (la capa externa del cerebro y constituye la mayor parte de la corteza) en el corte extingulado anterior, lo que altera funciones cognitivas y corporales». Hay varios estudios que apuntan en la misma dirección o hablan de pérdida de capacidades atencionales, incluso de daños emocionales.

Además es un mito: la capacidad de nuestro consciente para coger información es muy limitada. ¿Te ha pasado alguna vez que te hablan dos personas a la vez y tienes que pedirles que, por favor, de uno en uno?. Ocurre porque nuestra limitación en bits por segundo de atención que tenemos para escuchar una conversación son 20, mientras que la capacidad total son 30. Por tanto, escuchar dos conversaciones a la vez serían 40 bits por segundo, lo que supera el límite. Lo mismo ocurre si vamos paseando y ese recuerdo que nos viene al consciente no le deja capacidad al cerebro para poder coordinar nuestros pasos.

En esta otra entrada Lenteemos me preguntaba si el constante diálogo interno (ese que nos hace darle vueltas a las cosas, imaginar mil desgracias que nunca ocurren, etc), que las técnicas de concentración nos ayudan a acallar, no sería un paso evolutivo que nos hace sentir infelices . Me sorprendió en el libro de Johann Hari que existe evidencia científica sobre ello. Este paso evolutivo es una gran ventaja porque somos capaces de analizar el pasado y prever el futuro, pero en contra somos menos felices. Cuanto más nos concentramos en lo que hacemos más felices somos, incluso si con lo que divagamos es en hacer algo que nos gustaría mucho.

Muchas de los aspectos del estilo de vida moderno, aunque parecen responder a una mayor eficiencia y al deseo de tener vidas más plenas, realmente nos perjudican. De lo que expongo en esta entrada he destilado un comportamiento que voy a intentar poner en práctica desde ahora: una cosa a la vez. Sea un trabajo concreto, hacer la comida o dar un paseo. Pero seguro que, como a mí, esto ya lo intuías e incluso lo has hablado con otras personas en alguna ocasión. Aunque ahora tenemos un razonamiento de por qué es así.

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