Verónica Bellón.
Técnico de prevención de riesgos laborales en empresa de servicios, generalmente limpieza.
Técnico en medio ambiente.
Siempre se habla del uso seguro de los productos químicos desde el punto de vista de la prevención hacía la persona que los emplea. Pero también es de tener en cuenta el uso de estos productos en sí, es decir, de la necesidad de usarlos, de la repercusión medio ambiental, de los envases que generamos….
La publicidad, la costumbre, la cultura nos indican que, si no limpiamos un mueble con un químico específico para ello, no va a estar limpio. Si no usamos limpiacristales, estos no van a brillar y claro, ¿¡es necesario que brillen!? El suelo, dependiendo de qué tipo sea, HAY que usar un producto u otro. Si no huele a limpio, es que no lo está.
Y, como dice el anuncio: «¿A que huelen las nubes?» Y, ¿A qué huele el limpio? Nos han inculcado que a lejía y/o amoniaco.
Y ¿si lo mezclo? Seguro que limpia, desinfecta y huele mucho más limpio de lo que te puedas encontrar… (1)
Pues bien, que sepáis que tenemos opciones tan válidas, seguras, fáciles, medioambientalmente sostenibles y económicas como todos los químicos que nos venden. (2)
Siguiendo este hilo, encontramos alternativas al uso de químicos en nuestro hogar.
- Usando vinagre, en vez de suavizante, en la lavadora podemos proteger la ropa, el agua, las tuberías y, además, evitamos alergias en la piel.
- Echando un chorro de vinagre en el cubo de la fregona, evitamos químicos, damos brillo al suelo y desinfectamos
- En tuberías atascadas espolvoreamos bicarbonato con agua caliente y vinagre y… ¡¡¡sale todo!!!!
En serio, tenemos estas y mil y una maneras de mantener nuestro hogar a salvo de infecciones, sin intoxicarnos y sin poner nuestra seguridad y la de nuestro entorno, en peligro.
Pero, oye que, si quieres usar químicos, también tienes la opción de un comercio justo. Esta la opción de los productos sin pictogramas de seguridad y que reutilizas tus envases.
Solo tienes que querer.
El poder siempre está en tus manos
(1) Por ley, cada vez que se formula un químico, debe tener una ficha de seguridad que nos indique los riesgos que tiene su uso, la cantidad que tenemos que emplear, las medidas de seguridad para protegernos… entre otra información. Pero nunca cómo reaccionan cuando los mezclamos. Siguen ocurriendo casos de hospitalización de personas: particulares y trabajadores, por la mezcla de lejía y amoníaco.
(2) En las instalaciones sanitarias hay que certificar la desinfección con productos clorados. Pero es necesario el uso de lejía. Y hay productos sin pictogramas de seguridad que desinfectan.
Podéis ver más recursos en nuestra web