En la anterior entrada
De ciencia ficción, osos y libre albedrío
comenté sobre un libro que había leído hacía poco Un libertario se encuentra con un oso
Y desde entonces, víctima del efecto Baader-Meinhof, comencé a ver menciones a los libertarios.
Una en concreto fue un comentario de Peter Thiel que leí en redes sociales:
«Ya no creo que la libertad y la democracia sean compatibles«
Y como muchas veces una frase aislada puede dar lugar a equívocos, busqué y me leí el articulo completo y con otro de sus comentarios creo haber entendido lo que quería expresar:
«Desde 1920, el enorme aumento de los beneficiarios de la asistencia social y la extensión del sufragio a las mujeres —dos sectores notoriamente difíciles para los libertarios— han convertido la noción de «democracia capitalista» en una contradicción.»
Es fácil ver la asociación que hace de las palabras libertad y capitalismo. Entiendo ahora el uso particular que se hace del concepto “libre mercado”. Yo lo entiendo como la posibilidad que tenemos cualquiera de nosotros de buscarnos la vida como mejor creamos. En la mente de Thiel sería “mercado capitalista”. Se puede definir como una “sinonimización” estratégica.
En esta otra entrada
Hablaba del lema de la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad. La interpretación que daba Schumacher es que libertad e igualdad genera un problema divergente en cuanto a las posiciones ideológicas que derivan de ello. Es un par de contrarios. Y que este tipo de problema sólo puede ser superado mediante un valor de orden superior como es la fraternidad.
Pero la esencia de la definición de cada una de las dos palabras, libertad e igualdad, pueden convivir en una sociedad. Aunque yo prefiero usar la expresión igualmente libres porque no deja lugar a dudas que la libertad ha de ser para todos, que es lo que realmente significa la igualdad en este contexto.
Otra frase también de un libertario que he leído también estos últimos días es de Elon Musk:
«La debilidad fundamental de la civilización occidental es la empatía«
Me resulta llamativo lo mucho que Musk tiene en común con Thiel: los dos son originarios de Sudáfrica, ambos multimillonarios, tecnócratas y muy involucrados en política. Y no hay duda que con el poder que tienen pueden resultar (que así está ocurriendo) un peligro para todos.
Porque adoptar una ideología como estructura de comportamiento sin pasarla previamente por la prueba de la evidencia, como ya he dicho en otras ocasiones, me resulta una actitud estúpida. Pero si esto lo hace una persona con mucho poder, el impacto en su entorno puede resultar devastador.
Dietrich Bonhoeffer, opositor al régimen nazi en Alemania, lo expresó en su momento con gran acierto en dos frases
«La estupidez es un enemigo más peligroso del bien que la maldad.»
«Contra la estupidez no tenemos defensa. Ni protestas ni la fuerza pueden hacer nada; la razón es inútil. Ante la estupidez, uno queda indefenso.«
