Los 8 principios de los optimistas pragmáticos

Mark Stevenson, autor de Un viaje optimista por el futuro, viajó alrededor del mundo casi dos años entrevistando a científicos y emprendedores que compartían la visión de un futuro mejor.

Uno de sus propósitos fue averiguar qué tienen en común esas personas y de ahí elaboró la lista de los 8 principios de los optimistas pragmáticos.

  1. El optimismo es un posicionamiento moral. Un optimismo pragmático, no de castillos en el aire. La vida es una elección, debemos imaginarnos un mundo mejor e intentar mejorarlo con pequeñas acciones en lugar de quejarnos del status quo.
  2. Todas las personas que hacen cosas buenas están comprometidas con un proyecto superior, un proyecto que va más allá de sí mismas. Las personas felices suelen tener un proyecto que está por encima de ellas.
  3. Hay que abrirse a la evidencia, basarse en los hechos objetivos. «Tenemos que pensar como los ingenieros, no como los políticos.»
  4. Las ideas deben compartirse, no protegerse. En Internet la gente comparte sus ideas todo el tiempo. Cuanto más se amplifica una idea, más fuerza adquiere. La innovación es el entorno en el que las ideas practican el sexo.
  5. No pasa nada si te equivocas, lo irresponsable es no intentarlo. Para algunas personas, equivocarse es una estrategia. Pero para otras personas cometer un error es catastrófico, un fracaso.
  6. Somos lo que hacemos, y no lo que tenemos intención de hacer. Nadie se define a sí mismo como una persona amargada, cínica o complicada, le echa la culpa de su mal carácter a los demás o las circunstancias, pero lo cierto es que, si actúas ante el mundo como una persona amargada, cínica y complicada, es que realmente eres así.
  7. Ponerse en marcha, superar la resistencia al inicio, superar la procrastinación. Empezar poco a poco hasta conseguir la dinámica de la acción.
  8. Cuando te embarcas en un proyecto grande, debes planteártelo como un torneo muy largo. Como si fuese un torneo que consta de diez rondas. Hay que ser consciente de que en la primera ronda vas a perder nueve batallas de cada diez. Poco a poco y con calma, empiezas a ganar más rondas. Lo importante es no confundir las primeras rondas con todo el torneo y no abandonar ante el primer fracaso.

En este vídeo podemos ver la entrevista que le hizo Elsa Punset sobre estos principios.

2 comentarios

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