Una pequeña aventura

Te pasan cosas en la vida en función de lo que te muevas. Cuanto más estés activo más te arriesgas a tener una pequeña aventura.

Me regalaron, mis ya excompañeros de trabajo, una noche en un parador. Así que aprovechamos, cogimos otra noche más y nos fuimos al Parador de Jarandilla de la Vera. La idea era tener dos días tranquilos, acababa de salir de una neumonía y debía tener cierto reposo.

El primer día cumplimos: un breve paseo por el pueblo, una cervecita y luego cenamos en el parador. Aunque tuvimos que dormir las dos noches con la ventana de la habitación abierta porque esos días hizo más calor de lo normal y la calefacción centralizada del hotel seguía calentando.

El segundo día fuimos a ver los cerezos en flor del Valle del Jerte, era el mejor momento del año. Y ya, con la intención de andar un poco, nos dirigimos a la Garganta de los Infiernos. Pocos días antes había nevado y, con el deshielo, había multitud de cascadas y torrentes que brotaban por todas partes en las montañas.

Pasamos por el Centro de Interpretación para preguntar por una ruta cortita, yo estaba convaleciente y no respiraba muy bien. Nos dijeron que siguiéramos las marcas blanco-amarillo, que fuéramos hasta Los Pilones, que la ruta era circular y que no tenía pérdida. Con lo que yo me quedé es que la ruta era circular. Nos dijeron que era una hora de ida y otra de vuelta y, como eran las 12, calculamos que llegaríamos a las 2 justo para comer.

Así que empezamos el recorrido y notaba falta de aire en cada subida, pero poco a poco cogí ritmo. El entorno era espectacular y creo que fue una de las causas por las que me sentía cada vez mejor.

Casi a la hora llegamos a Los Pilones, la corriente era fuerte y estuvimos un rato viendo pasar el agua. Había mucha gente igual que nosotros, medio absortos mirando. Ya pasados unos minutos decidimos volver y no teníamos muy claro por donde, así que aplicando la lógica que me dieron en el Centro de Interpretación (la ruta es la blanca-amarilla y es circular) cogimos el camino marcado.

Al poco rato empezamos a notar que el camino no viraba de vuelta, sino que seguía adentrándose en la garganta, aunque decidimos confiar en las indicaciones que nos dieron y seguimos el recorrido. Pero cada vez se complicaba más, el ascenso era continuo y las señales empezaban a escasear tanto que ver una era casi una celebración.

Ya casi llevábamos andando 4 horas y mi mujer, obviamente, desesperaba. Pero era mi única preocupación, andar es de las cosas que más me gustan y a cada momento encontrábamos chorros de agua para beber y unas vistas que nos llenaban de nuevo de energía para avanzar otro poquito más.

Entonces llegamos a un cruce de rutas, en un puente. Deducimos que la blanco-amarillo, al ser circular y seguir una nueva subida, era más largo. Decidimos coger el blanco verde que parecía directo al seguir el curso del agua a media ladera.

A todos nos pasa que lo que vemos nos resulta más espectacular que lo que luego la fotografía muestra. Esta en concreto, obviando la diferencia, es la imagen que más me impactó, no sólo por los colores y el contraste de la loma a medio camino, sino también por el recorrido del sendero hasta los riscos como un reflejo del curso del agua.

Pasada una hora más llegamos a Los Pilones. Cansados, pero con mucho ánimo y con ganas de celebrar.

Aunque todavía quedaba camino. Al final fueron 6 horas. La confusión estuvo en que entendí mal al personal del Centro de Interpretación, se refería a que la ruta circular pasaba por Los Pilones y que, una vez se llega, hay que darse la vuelta. Pero… me alegro de haberme equivocado.

7 comentarios

  1. Tuvo que ser una pasada la ruta por lo que se ve y cuentas.
    Los pulmones, me imagino que muy bien, después del exceso….menudo reposo.
    Parece mentira que seas scout. Para la próxima recuerda la máximas de Baloo: El lobato tiene lis ojos y los oídos bien abiertos….jijijiji

  2. Rafael da Silva Garcia

    Pues me alegro que os haya venido bien el equivoco. Muchas veces, el equivocarse es lo mejor que nos puede pasar.
    Pese a todo, estuvisteis a gusto, disfrutando del paisaje y, lo principal, de la compañía uno del otro.
    Nuevos paisajes, nuevas aventuras, nuevas historias que contar, algo escaso de aire en los pulmones, pero aguantando fuerte jajajaja.
    Espero y deseo que ya estés mucho mejor.
    Un fuerte abrazo,pareja y …
    a seguir caminando!!!!

  3. La aventura de alguna manera refleja nuestra forma de ser y vivir. Todo empieza como un paseo pero nos vamos animando sobre la marcha. Tu atrevimiento tira de mi, la curiosidad de saber que puede haber más allá nos puede más que estar preparados y luego viene mi desesperación por no haberme preparado para el camino Apartir de ahora no salgo contigo sin mis botas de montaña

  4. A veces perderse es bueno… Saludos desde Venezuela

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