La Edad de Oro

Una de las cosas que más me gustan cuando voy de campamento es el tiempo libre que paso entre los árboles, tumbado en la hamaca. El año pasado probé a leer en esos ratos y me encantó la experiencia, así que este año he repetido.

De esas tareas que dejamos pendientes de manera perenne, he pretendido muchas veces leer El Quijote, aunque me echaba para atrás creer que era un ladrillo. El empujón final para motivarme a hacerlo me vino al leer a un crítico literario: ”si no has leído El Quijote no has leído nada”. Es un libro muy largo. He usado mi Kindle de 2012 (13 añitos ya) y he gastado varias veces la batería, pero también porque me he leído todas las notas (más de 2.500). Es extremadamente divertido y hay pasajes memorables.

Son habituales los monólogos de Don Quijote y uno en concreto hizo saltar la espita para escribir este texto. Es cuando el protagonista habla de la Edad de Oro. Hesíodo, en su obra poética Trabajos y Días , habla de cinco edades del hombre. La primera de ellas, la más antigua, la Edad de Oro. Fue la más idílica, sin trabajo duro y donde los hombres eran buenos y sus existencias eran placenteras.

Esto me recordó un texto. El que el autor comentaba que la biblia sirvió para poder explicar a los humanos de la época por qué tenían que asumir el trabajo agrícola. Antes éramos nómadas y no había apenas necesidad de trabajar: el paraíso. Si ese era el recuerdo de los hombres de la época, es normal que hubiera que convencerles de que Dios dijo “ganarás el pan con el sudor de tu frente”.

Esto me recordó un ensayo de Jared Diamond “El peor error de la historia de la humanidad”. La agricultura trajo peor salud (al menos en ciertos momentos por menos variedad de alimentos, más caries, desnutrición y enfermedades), desigualdad social derivada de la competencia por los excedentes, guerras y sobrepoblación. Aunque tenemos que, a largo plazo, se produjo un progreso descomunal de la especie. Pero ¿desde qué perspectiva?. Si en el acervo de los humanos de la época quedaba el recuerdo de una era más feliz ¿bajo qué premisas se puede decir que ese progreso ha sido adecuado o necesario?.

Porque nos manejamos con nuestra inteligencia, nuestra capacidad de abstracción e imaginación y definimos así mundos que llamamos progreso, pero como experiencia vital, como animales que somos, ¿qué sería mejor?.

También me vino a la memoria el libro La Tabla Rasa de Steven Pinker. En este se critica la idea del “buen salvaje”, desarrollada por Rousseau y otros pensadores. Según ellos, los humanos antes de la agricultura eran pacíficos, cooperativos y vivían en armonía y que la violencia ha ido apareciendo con la civilización. Pero Pinker analiza los datos de estudios antropológicos y arqueológicos y muestra que la violencia interpersonal y tribal de antaño era muy superior a la de ahora.

Sea como fuere, creo que es imposible que volvamos a situaciones anteriores, que los avances que tenemos en tantos campos nos hacen más fácil la existencia, vivimos más y cada vez con menos trabajo duro. Lo que si me interesa es cómo vamos a atajar los problemas que tenemos.

Y llegados a este punto, siempre recuerdo el vídeo de Eric Sanderson, que ya lo mencionaba en estas dos entradas

Hacia una mejor calidad de vida

Necesitamos ideas para cambiar el mundo

En las dos repito el mismo vídeo de Eric Sanderson. Presenta un estudio de lo que eran antes las tierras (cuatrocientos años atrás) que ocupa la ciudad de Nueva York y la gran riqueza biológica que tenían. Pero remata con un epílogo evocador de cómo sería esa ciudad cuatrocientos años hacia el futuro. Enfoca en cuatro elementos básicos para la vida y uno extra derivado del espíritu humano (todos igual de importantes).

  • Comida
  • Agua
  • Refugio
  • Recursos para cultivar
  • Y un significado de vida.

Os recomiendo que miréis el vídeo, menuda ciudad guapa que se nos queda.

¿Os imagináis que fuéramos capaces, como civilización, de llegar a tener una futura Edad de Oro?

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