El proceso de la Revolución Industrial, iniciado en el siglo XVIII, ha tenido un desarrollo a lo largo de más de dos siglos que podemos esquematizar así:
Primeras máquinas > Cadena de montaje > Automatización mecánicaEl profesor Carl Benedikt Frey, director del programa de Tecnología y Empleo en la Universidad de Oxford, habla sobre una cuarta fase en la que estamos entrando, en la que más que cualquier otra cosa profundizará en la automatización, no ya de los procesos fabriles sino de cualquier actividad que tenga patrones de repetición.
El cambio tecnológico va por delante de cualquier otro, así que en un plazo de unos 30 años se espera que la fuerza laboral humana se adapte a este cambio por medio de la preparación. Pero ese tiempo será negativo, tal como pasó en anteriormente en la primera revolución industrial.
Y tal como pasó, Carlos Barrabés prevé que la próxima década será la de las revoluciones debido a las grandes desigualdades en las que ya estamos y que se van a acentuar con el aumento del paro.
Aunque gran parte de ese desfase es fruto de la política del “laisse faire”. Cada vez más los economistas están de acuerdo en este tipo de postulados: si lo que se quiere es evitar la parte negativa de este cambio tecnológico se requiere que haya intervención. La más común es mediante la acción directa desde el gobierno de los estados. Pero no tiene por qué ser la única forma de intervención.
Política se define como la “actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión o su voto, o de cualquier otro modo”. Otro tipo de intervención es la de la sociedad civil de un modo directo en el proceso. Y ese es el emprendimiento. Emprender en general es una acción de “acometer y comenzar” cualquier cosa, pero lo relacionamos directamente con el mundo de la empresa debido a su uso.
Carl Benedikt Frey comenta que, aunque se van a perder muchos puestos de trabajo, con el proceso de adaptación de la fuerza laboral están por crear otros muchos puestos de nuevos tipos de actividades. Pero insiste en la incertidumbre de cómo serán esos nuevos trabajos.
En su departamento de estudio se han analizado estas variables y se ha llegado a la conclusión de que los humano seguiremos siendo mejores que las máquinas en estos aspectos:
- Creatividad y Desarrollo de nuevas ideas y artefactos
- Las interacciones humanas más complejas (negociación, gestión de equipos…), no las básicas del cara a cara como un recepcionista
- La percepción y manipulación de objetos irregulares.
En la primera revolución industrial lo que determinaba principalmente la capacidad de producción fue el capital, pero ahora no es determinante ante la creatividad y las interacciones humanas. Ya no se trata simplemente de buscarse la vida y el sustento, el momento histórico también nos pone en una posición de responsabilidad para crear el futuro. Y esto sólo depende de una elección: la de hacerlo. El “buscar trabajo” no tiene mucho recorrido, el capital ya no te necesita, supéralo.
Muy ilustrativo y didactico
Fantástico! Hacerlo, esa es la palabra. Definitivamente, si no lo hacemos, sea lo que sea y en el trabajo que sea, no se logra nada. Ya decia Albert Einstein: «Loco es aquel que haciendo siempre lo mismo (o nada) espera obtener resultados diferentes.»
Gracias por compartir los contenidos. 😉