Filosofía del individuo

En la entrada anterior hablaba sobre la autoayuda

Coaching y autoayuda

y mencionaba a Jesús González Maestro y su intervención en un vídeo.

De forma muy simple explica que la filosofía siempre habla de 3 cosas:

• La religión, que estudia el sentido trascendente de la existencia.
• La política, que estudia cómo debería ser la relación entre las personas y la sociedad.
• La autoayuda o, para identificarla concretamente, filosofía del individuo.

Y explica que, fracasada tanto la filosofía de la religión y de la política, lo que le queda hoy día al individuo es la autoayuda.

El fracaso de las dos filosofías “comunitarias” considero que es debido a dos acontecimientos culturales a gran escala del siglo XX. Por un lado, tenemos desde la década de los años 20 del siglo pasado, la aparición de la publicidad como propaganda, lo que ha llevado a una educación social en valores extrínsecos y, por tanto, a una visión individualista de la vida. Y por otro, acompañando de la mano, la exaltación del individualismo como valor supremo desde una estrategia política concreta. Todo esto ha dejado a cualquier valoración de la comunidad como una muestra de debilidad o de una ensoñación romántica de canciones emotivas alrededor de la hoguera.

Para ilustrarlo, tenemos esta frase de Margareth Thatcher, a mi entender muy desafortunada. En una entrevista en 1987 se preguntaba “¿Quién es la sociedad?” y ella misma respondía “no existe tal cosa, tan sólo individuos, hombres y mujeres”.

Si se quiere profundizar en ello, en esta entrada Hacia una mejor calidad de vida mencionaba el documental de Adam Curtis El Siglo del Individualismo

Y si sólo hay individuos, si este está mal (como comentaba en la anterior entrada sobre los altos índices de depresión en el mundo actual) la lógica es concisa: él es el único responsable. Este es uno de los motivos del aumento de demanda de la autoayuda.

Para una parte del mercado esto ha resultado ser un nicho para explotar, con un producto final de consumo fácil. Gran parte de la autoayuda comercial que conocemos nos vende que se pueden lograr cambios significativos con poco esfuerzo. De ahí la expresión de que hemos pasado, con la acentuada mercantilización de la autoayuda, de hacer lo correcto a convertirse en lo correcto. La autoayuda comercial nos quiere hacer creer que sólo pensando en que somos de una forma ya lo somos.

La autoayuda, entendida como digo como una filosofía del individuo, puede ayudarnos a construir una narrativa propia con la que enfrentarnos a la vida. Puede haber otras vías, pero todas llevan a lo mismo: un cuerpo de conocimiento hecho a la medida de cada cual que nos ayude a darnos un sitio en el mundo y en la vida. Y por ende llevar a la par un comportamiento o hacer en el que se aplique lo aprendido.

Y no podemos dejar como menos importante nuestra dimensión social. Como especie, lo que nos distingue principalmente de las otras no es sólo la inteligencia sino nuestras relaciones. Negarlo o simplemente ponerlo en duda es ir contra nuestra naturaleza. Mejor que nos lo cuente Aristóteles:

El ser humano es un ser social por naturaleza, y el insocial por naturaleza y no por azar o es mal humano o más que humano (…). La sociedad es por naturaleza anterior al individuo (…) el que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada para su propia suficiencia, no es miembro de la sociedad, sino una bestia o un dios.